El Sueño Americano

A los corredores de bienes raíces les encanta difundir el mito del sueño americano, el cual definen como el llegar a ser propietario. Hoy en día al perderse las propiedades los mismos corredores de propiedades acusan al sueño de haberse convertido en una pesadilla. Nada más lejos de la verdad.

El verdadero sueño americano se definió en la ciudad de Filadelfia, estado de Pennsylvania el 4 de julio del 1776. Los fundadores de la unión en su declaración de independencia lo describieron con estas palabras: “…Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.” Estas palabras tienen hoy en día un tono casi subversivo. Si las decimos fuera de contexto nos acusan de ser “liberales”. Para llegar a ser Estadounidense o para vivir aquí, hay que comprender y suscribirse a estos principios. Es el credo que define a los Estados Unidos. Es el verdadero sueño americano. Es el sueño que no aprendieron u olvidaron los que nos atacan pero que nosotros si conocemos y buscamos.

Todos los inmigrantes a este gran experimento, legales o ilegales, creen y practican estos principios: “…Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. El arriesgar la vida, en un desierto o en el mar abierto,  para tener libertad y el derecho a buscar la felicidad, como la especifiquemos todos y cada uno de nosotros, nos define como inmigrantes con tanto derecho al sueño americano como los que llegaron a la bahía de Nueva York hace tres siglos.

El sueño americano expresa “….que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados…” Todos los que resida en EE.UU., legales o indocumentados son gobernados y por lo tanto son parte de los que le otorgan el consentimiento, que menciona la constitución, al gobierno. Esa es la importancia de votar, de asegurarnos que el censo nos cuenta y de cabildear si no podemos votar. Estas son formas de que los que no votan le puedan enviar el importante mensaje de consentimiento o rechazo a los gobernantes.

Por ultimo el sueño americano indica“…que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad…”

Afortunadamente, vivimos en una democracia representativa que nos permite reformar, en lugar de abolir, un nuevo gobierno cada cuatro años y demostrar nuestra opinión con el voto cada dos años.

Legales o indocumentados, primera o tercera generación, los Hispanos somos parte intrinsica de esta nación. Si no nos involucramos y defendemos el verdadero sueño americano, vamos continuar teniendo pesadillas y nunca llegaremos a realizar la versión moderna del sueño americano  que venden los corredores de bienes raíces.

José R. Uzal (uzal@msn.com) escribe desde West Palm Beach FL, sobre temas de interés para los hispanos parlantes 561-310-5333

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