El Golfo Pérsico

Lo mas intrigante de la situación en Iraq no es el por que EE.UU decidió invadirlo, lo intrigante es porque nos quedamos. Estados Unidos tiene gran experiencia en intervenir en otros países. Las naciones de Latinoamérica han sido intervenidas mas de 80 veces (http://www.zompist.com/latam.html) con justificaciones similares a las que se usaron para intervenir en Iraq.

A parte de Haití, Nicaragua y Cuba las intervenciones fueron relativamente cortas y produjeron dictadores que protegían nuestros intereses. La política era entrar y buscar a un Trujillo, Batista, Duvallier, Rojas Pinillas, o un Pinochet y ponerlos en el poder para que protegieran los intereses del gobierno de Estados Unidos. En Iraq, EE.UU. cambio el esquema. En lugar de controlar el ejército, los políticos y la capacidad productiva del país y ponerlos en manos de un títere nuestro; EE.UU opto por destruir el ejército, la sociedad civil y la capacidad productiva de Iraq y quedarse en la región.

Es obvio que entramos en Iraq sin pensarlo bien y sin tomar en cuenta nuestra experiencia histórica y los resultados han sido desastrosos. Collin Powell, el secretario de estado en ese tiempo, advirtió no invadir a Iraq sin tener una estrategia de salida y comento que entrar en Iraq era como entrar en una tienda de porcelanas finas donde la política sobre la mercancía es “si usted la rompe la tiene que pagar”.

La guerra en Iraq es insostenible, política y económicamente. Podemos ganar todas las batallas y al final perderemos la guerra si continuamos demandando una victoria total, sin describirla. El pueblo americano, básicamente conservador, le envió un mensaje a la administración al elegir suficiente demócratas para cambiar el control de la Cámara y el Senado. El mensaje fue: salgamos de Iraq. El abandonar a Iraq en este momento seria desastroso para la seguridad el mundo occidental, para la sobre vivencia de Israel y para nuestro nivel de vida.

Tenemos que asegurarnos, como nación, que podemos contar con las reservas petroleras de Iraq y de todo el Golfo Pérsico y evitar que estas caigan en manos de nuestros enemigos. No podemos repetir el error que cometimos al entrar sin pensarlo bien. Salir de Iraq requiere análisis, planificación y una política que tome en cuenta a todos los países de la región. No podemos entrenar un nuevo ejército sin que este tenga un líder nacional. No podemos dividir al país entre los sunís, chiítas y kurdos ya que no podemos darle la independencia los kurdos sin causar grandes problemas con nuestro aliado en la OTAN, Turquía y no podemos dejar a los sunís sin petróleo condenados a ser una nueva Palestina. Abandonar a Iraq precipitadamente o establecer un horario de salida seria un error garrafal. Iraq no es Vietnam.

La famosa teoría de los dominós que nos mantuvo en Vietnam no se puede aplicar a la situación en Iraq. En Vietnam y en ninguno de los países adyacentes había petróleo y la existencia de Israel no estaba en peligro. La región del Golfo Pérsico, suple una tercera parte de todo el petróleo que se consume diariamente en el mundo occidental y la perdida de Iraq provocaría la eventual destrucción de Israel. Las fichas de domino en la región del Golfo Pérsico son mucho mas importantes.

El Congreso, la administración y el gobierno de EE.UU. (si, son tres entidades y una sola nació) le deben al pueblo americano una solución al problema iraquí. Los intereses creados que están lucrando con la guerra no quieren una solución pero el pueblo la demanda. El mundo la demanda. Nuestro futuro la demanda.

José Uzal [ uzal@msn.com ]

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